No puedo dormir, no me dejan, cierro los ojos y ellos vienen, se presentan, hablan entre ellos, yo soy una mera espectadora de sus vidas, veo sus miradas, lo que se esconde detrás de ellas, sus miedos, sus alegrías, sus pasiones. Sus historias son complicadas, mucho más complicada que la mía, generalmente sufren y no ven una salida,pero al final, ellos mismos son los que las van resolviendo, son los únicos que tienen la solución. Solo nosotros podemos ayudarnos.
Ellos son mis personajes, personas de ficción que no existen, pero viven dentro de mí. Siempre cuento que una vez tuve la necesidad vital de que esos personajes viesen la luz, se hiciesen realidad y entonces decidí escribir, nunca lo había hecho y no sabía si sería capaz.
En cuanto empece no podía parar, fue una sensación única, ellos eran los protagonistas, vivían, amaban y odiaban a través de mi, yo solo era el medio, un canal por el que ellos fluían. Desde entonces he creado muchas historias, todas diferentes, truculentas y oscuras eso si, con una luz al final del camino, una esperanza de que la vida puede cambiar a mejor.
En la vida real no es tan fácil, no siempre encontramos la solución al problema y a veces ni siquiera somos capaces de ver el problema. Creo en el amor, soy una romántica empedernida, siento como tu cuerpo se siente pleno al sentir a la otra persona, pero también sé que en las novelas todo es mucho más bonito, más desgarrador, más pasional. Por eso me gusta la ficción, el papel lo soporta todo, por unos minutos nos olvidamos de la monotonía que sentimos y nos dejamos llevar a otros mundos, donde por unos instantes parece que todo es posible.
Los seres humanos tendemos a mirar al exterior pensado que la vida es injusta, que nos han tratado mal, somos envidiosos por naturaleza y pensamos que si a alguien le ha ido mejor es porque ha tenido suerte.
Creo en la suerte, es verdad que hay gente que nace con todo o con casi todo y luego se dedica a perderlo a lo largo de su vida. Pero a las personas normales como yo les digo, que la suerte hay que ir a buscarla, mira para dentro en vez de mirar para fuera. La solución la tienes tú.
Ya, ya sé que es fácil decirlo, me lo vas a decir a mi que todo me afecta. La teoría me la sé muy bien, lo malo es la práctica, enfrentarse a uno mismo, mirarse en el espejo y aceptarse, ser consciente de quienes somos y luchar por ello.
Yo todavía estoy en ello, tengo cuarenta y cinco años y muchas veces me cuesta reconocerme. Dar el paso que estoy haciendo publicando esto en una red social es lo que más me cuesta. La exposición pública, el miedo a la crítica y a lo desconocido. Me ha costado años hacerlo, y por fin, yo como mis personajes he visto la luz al final del camino.
Hola, me llamo Itziar y soy escritora. Bienvenidos a mi mundo.